Nuestro artículo sobre el sesgo de juicio moral de los jueces y abogados es tendencia en Humanities & Social Sciences Communications

Los marcos jurídicos tradicionales y convencionales conciben el derecho principalmente como una práctica puramente racional, libre de afecto o intuición. Sin embargo, hay pruebas sustanciales que indican que la adopción de decisiones por parte de los seres humanos depende de diversos sesgos. Exploramos la manifestación de estos sesgos mediante comparaciones entre 45 jueces penales, 60 abogados penales y 64 controles. Examinamos si los patrones de toma de decisiones de estos grupos estaban influenciados por (a) la información sobre el estado mental del transgresor, (b) el uso de un lenguaje espantoso en las descripciones de los daños, y (c) los estados fisiológicos en curso. Los jueces y los abogados fueron similares a los controles en el sentido de que sobrestimaron el daño causado por el daño intencional en relación con el daño accidental. Sin embargo, los jueces y abogados estaban menos predispuestos a los castigos y a las clasificaciones de la gravedad del daño en relación con los daños accidentales. Análogamente, se vieron menos influidos en sus decisiones por las manipulaciones del lenguaje o la excitación fisiológica. Nuestros hallazgos sugieren que la experiencia específica desarrollada en entornos legales puede atenuar algunos sesgos generalizados en los procesos de decisión moral.

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Our paper on Judges’ and Attorneys’ moral judgment bias is trending in Humanities & Social Sciences communications

Traditional and mainstream legal frameworks conceive law primarily as a purely rational practice —free from affect or intuition. However, substantial evidence indicates that human decision-making depends upon diverse biases. We explored the manifestation of these biases comparing 45 criminal judges, 60 criminal attorneys, and 64 controls. We examined whether these groups’ decision-making patterns were influenced by (a) the information on the transgressor’s mental state, (b) the use of gruesome language in harm descriptions, and (c) ongoing physiological states. Judges and attorneys were similar to controls in that they overestimated the damage caused by intentional harm relative to accidental harm. However, judges and attorneys were less biased towards punishments and harm severity ratings to accidental harms. Similarly, they were less influenced in their decisions by either language manipulations or physiological arousal. Our findings suggest that specific expertise developed in legal settings can attenuate some pervasive biases in moral decision processes.

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